Donald Trump es proclamado nuevamente presidente de Estados Unidos tras obtener 277 votos electorales, superando a la vicepresidenta Kamala Harris, candidata demócrata. El conteo oficial le otorgó a Trump los compromisarios necesarios, incluidos los 10 del crucial estado de Wisconsin, mientras Harris alcanzó 224, aún con algunos estados pendientes de confirmación.
El Colegio Electoral de Estados Unidos, compuesto por 538 delegados elegidos según la población de cada estado, determina el ganador. En la mayoría de los casos, el candidato que gana un estado obtiene todos sus compromisarios, excepto en Maine y Nebraska. Así, alcanzar los 270 votos electorales asegura la presidencia.
Trump, que se había declarado ganador ante sus seguidores en Palm Beach, Florida, luego de ver resultados preliminares y obtener el voto popular, afirmó: «Hemos hecho historia. Vamos a sanar nuestro país y arreglar nuestras fronteras». A sus 78 años, el expresidente reiteró su compromiso de proteger las fronteras y expulsar a migrantes en situación irregular, a quienes considera una amenaza. En su discurso, prometió una “liberación” de las ciudades, según él, afectadas por la migración y reforzar la frontera con México. No obstante, aclaró que quienes deseen ingresar lo harán de manera legal.
Además de lograr la presidencia, el Partido Republicano, bajo el liderazgo de Trump, logró recuperar el control del Senado. Trump también destacó el posible logro del voto popular, un hito para un republicano en dos décadas.
Esta campaña, marcada por dos intentos de asesinato, ha sido histórica. Trump es el primer expresidente con una condena penal y con múltiples procesos legales pendientes en lograr un segundo mandato no consecutivo desde 1893. Su mensaje directo resuena entre la clase trabajadora y las comunidades rurales. Sus seguidores celebraron su regreso con entusiasmo; cerca del escenario, Ted Saranvis, de 68 años, expresó su felicidad y la consideró «la historia política más grande en la historia del país». No obstante, para otros, su retorno es motivo de profunda preocupación.