«La quiero a morir»: El éxito que Sergio Vargas inmortalizó con el respaldo de Juan Luis Guerra
«La quiero a morir» es una de las canciones más icónicas del repertorio romántico en español y un hito en la carrera del merenguero dominicano Sergio Vargas. Con una letra cargada de amor y entrega, este tema ha cautivado a millones de oyentes por décadas.
El origen de la balada
Originalmente compuesta a mediados de los años 80 por el cantautor francés Francis Cabrel en colaboración con el español Luis Gómez Escolar, «La quiero a morir» se convirtió rápidamente en un clásico, pero fue la versión de Sergio Vargas la que la proyectó hacia la fama internacional.
La versión que lo cambió todo
Sergio Vargas incluyó su versión tropical de «La quiero a morir» en el álbum «Los Hijos del Rey» en 1986, y aunque la canción no era un merengue típico, el tema rompió esquemas y se consagró como un éxito rotundo en América Latina. Esta interpretación de Vargas, con un toque de romanticismo tropical, hizo que la canción se convirtiera en un himno para los enamorados.
Juan Luis Guerra, el padrino del éxito
Pero lo que pocos saben es que esta canción pudo no haber llegado al público tal como la conocemos. Según el mismo Sergio Vargas, cuando grabaron la versión hubo detractores que insistían en que “eso no era merengue”. En medio de las críticas, apareció Juan Luis Guerra, quien escuchó el tema en el estudio y, con la humildad que lo caracteriza, dio un consejo que cambiaría el rumbo de la canción.
«Juan Luis dijo: ‘Si ustedes quieren borren todo y háganlo de nuevo. Pero eso que está ahí, déjenlo así’», contó Vargas, recordando que fue gracias a la intervención del autor de «Bachata Rosa» que la canción fue lanzada tal como la conocemos. “Él la salvó”, concluyó el merenguero.
El legado que sigue vivo
Tras su lanzamiento, «La quiero a morir» encabezó las listas de popularidad en varios países y hasta el día de hoy sigue siendo un clásico indiscutible. La versión de Sergio Vargas ha sido replicada por artistas de múltiples géneros, consolidando la canción como un ícono de la música romántica en español.
Para Vargas, este éxito marcó un antes y un después en su carrera, posicionándolo como una de las figuras más importantes de la música tropical.